Dulce despertar



Hay personas a las que no les cuesta levantarse temprano, se levantan ya despabiladas, pueden ponerse a conversar enseguida, a hacer cosas... son madrugadoras por naturaleza. Qué bien... pero este no es mi caso! Ojalá fuera yo así. A mí me cuesta muchísimo salir de la cama temprano, abrir los ojos!, despertarme, empezar a hacer cosas.... ufff, dormilona por naturaleza? Ni decir si a esto le agregamos no haber podido dormir bien en toda la noche...
El caso es que Antonio, que está por cumplir 5 meses, tiene reflujo esofagástrico, y yo sé muy bien de qué se trata... demasiado bien, si Teresa, José y Berni también tuvieron! Sin entrar en detalles médicos, el resultado lo sufrimos los padres junto con los hijos, porque se trata de no poder dormir a causa de la leche que sube, que se quiere escapar por la boca todo el tiempo, y del ardor, la acidez que se siente en el estómago. Pobre Toni, él lo sufre toda la noche, de día parece no molestarle mucho. Hay noches q se despierta a los gritos cada 2 horas, a veces cada 1, o menos. Se retuerce, empuja con la cebecita para atrás, se le escuchan los ruiditos de su panza...
Sin embargo, y a pesar de haber pasado esas noches tan malas, a la mañana se despierta con una sonrisa increíble y empieza a patalear, a mover los bracitos como demostrando toda la alegría que tiene adentro. Y yo, que sé que él (pobrecito!) no tiene la culpa de dormir mal, todo lo contrario más vale, casi no puedo con mi mal humor, pero lo veo y no puedo dejar, gracias a Dios!! de sonreir y sumarme a su fiesta...
Hoy me pasó esto que cuento y me quedé pensando todo lo que este chiquitito precioso me está enseñando, con ese acto tan simple como es una sonrisa, pero que a algunos nos cuesta tanto como si tuviéramos derecho a estar de mal humor...

Me acuerdo de una frase que siempre le decía a alguien que acostumbraba a estar con la cara larga: "Siempre hay una razón para estar de buen humor"  

Ustedes qué piensan?


Campaña familiar

En estos últimos días nos hemos decidido a empezar a poner fin a una situación familiar que nos pesa. Como saben, tenemos 5 hijos, de 7 años a 4 meses. Y a pesar de que son muy buenos chicos, les cuesta obedecer. Cuando les  pedimos, o mandamos que hagan algo, ellos nos contestan, preguntan por qué, protestan, proponen sus cambios, empiezan con “peroooo…”, se rebelan, desafían, etc, etc.

A modo de ejemplo les cuento una situación que se repite casi todos los días: luego de jugar en su cuarto dejan todos los juguetes tirados, un lío que no se puede ni poner un pie en el piso. Ahí viene el pedido: "ordenen los juguetes". Y ahí nomás empiezan las quejas: "que yo no puedo, que siempre yo ordeno y los demás no, que sí pero sólo ordeno los míos, que solos no podemos, ordenamos si vos nos ayudás, y bla bla bla". Bueno, pasa un rato, cuando vuelvo al cuarto todo sigue igual, nadie ordenó nada. Entonces viene un segundo pedido, tal vez un tercero... y luego, el enojo, ufff... y ahí viene la actitud que intentamos cambiar: los gritos. En lo personal, me enojo mucho cuando no obedecen. Y veo que como padres nos estamos acostumbrando a creer que la única forma de lograr que hagan caso es dando unos gritos. Pero no nos gusta hacerlo. Y menos cuando hay tantas ocasiones: a la hora de vestirse, del baño, si les pido a las más grandes que hagan sus camas,  que ayuden a poner la mesa, o que dejen de pelear…



En esto estamos, entre renegar, gritar, reprender, sentir que me he pasado el día lidiando con los chicos, etc… cuando algo nos hace pensar: en Misa el domingo pasado escuchamos la 2da. Lectura, de la Carta de San Pablo a los cristianos de Efeso, se las transcribo:

 (Ef 4, 30-5, 2)

Hermanos: No le causen tristeza al Espíritu Santo, con el que Dios los ha marcado para el día de la liberación final. Destierren de ustedes la aspereza, la ira, la indignación, los insultos, la maledicencia y toda clase de maldad. Sean buenos y comprensivos, y perdónense los unos a los otros, como Dios los perdonó, por medio de Cristo. Imiten, pues, a Dios como hijos queridos. Vivan amando como Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y víctima de fragancia agradable a Dios.

Y si a esto le agregamos que hace unos días estamos viendo con los chicos la serie de  la familia Ingalls, "La casita de la pradera", con tantos y tan valiosos ejemplos para padres e hijos... entonces resulta que nos empezamos a sentir muy lejos del ideal de familia que queremos. 

Así que con Juan comenzamos nuestra campaña “no más gritos en casa”, para que en nuestra casa se respire paz, para que podamos lograr una conviviencia más armónica y más feliz para todos, para que los chicos aprendan a obedecer a sus padres y mayores sin gritos, para que ellos no aprendan a gritar para conseguir lo que quieren… para que como padres podamos encontrar recursos pacíficos a la hora de retar o de mostrar la autoridad...

En fin, esta semana: Campaña por la paz en nuestra casa, allá vamos… 

(la foto no tiene mucho que ver, no? pero es divertida!!)

Decidiendo


Al final decidimos mandar a los chicos al colegio y al jardín. Estuve averiguando bastante, no sabía que hacer. Consulté al pediatra de Antonio, que no estaba muy alarmado por la epidemia, y también me informé de la opinión del pediatra que hasta hace poco atendía a los chicos. Parece ser que la gripe que tuvimos todos nosotros en junio, y que afectó a muchísima gente en nuestra ciudad, al punto de colapsar las guardias médicas, y que en muchos casos terminó en neumonía, no fue gripe estacional como creíamos, sino gripe A. Por supuesto no tenemos forma de corroborar esto, a nadie se le hizo ningún análisis. Pero es bastante posible que haya sido así.

Sin embargo lo que realmente hizo que me decidiera a la vuelta a clases, fue el consejo del Padre con el que me confesé el viernes:) Yo le pregunté, porque me parecía que estaba mal tener tanto miedo, y no me sentía bien con eso. No lo veía muy cristiano. Asíque volví a casa con la noticia que alegró a los chicos, y a Juan también creo, el lunes volvían al colegio!

Por ahora todo va bien, en el colegio se toman muchas precauciones, hay mucha higiene, ventilación, alcohol en las aulas, en fin, muchos cuidados. En los medios locales ya casi no se habla de la epidemia, pero todos sabemos que el virus no se fue, es una lástima que ya no tengamos información porque hasta hace 10 días daban el parte diario de enfermos, consultas e internaciones, y ahora ya no lo dan más…:(

De todos modos, nosotros elegimos confiar más en Dios, y encomendarnos a los cuidados maternales de Nuestra Madre del Cielo. Así que ahí vamos, retomando la rutina, volviendo a nuestros horarios, tratando de seguir con la vida normal. Seguimos con los cuidados básicos: lavarnos siempre las manos! que espero,  de ahora en adelante sean ya parte de nuestra vida haya epidemia o no.